SINDROME DEL DIAGNOSTICO

Por: Hugo Ramírez Ospina




La persona puede resistir el trastorno pero no el diagnóstico




El cerebro responde no tanto el estímulo, sino al significado que yo le doy. De ahí la importancia de la delicadeza que hay que tener en la comunicación al paciente de su situación. No se trata de negar la realidad, ni de dar falsas esperanzas sino de interrogarnos acerca de la “forma” o de las estructuras linguísticas que utilizamos al informar a la persona sobre su enfermedad o sobre el resultado de una análisis. Recordemos que la única falsa esperanza es la “no esperanza”como afirma el Dr Bernie Siegel. En la publicidad canadiense de La liga”contra” el cáncer encontramos este texto que nos hace reflexionar sobre la manera inadecuada de utilizar el lenguaje:



“Si no hay fiebres, ni dolores ni fatiga, usted tiene todos los síntomas para hacer un examen medico preventivo del cáncer de seno. El hecho de que usted piense que no tiene nada no quiere decir que no tiene nada”.





Con esa información el inconsciente de la persona tenderá a hacer realidad lo que dice el aforismo: El temor a la cosa, atrae la cosa”. Cuando tememos algo hacemos cosas, que paradójicamente atraen lo que tememos. ¿No atracan más fácilmente o le roban a las personas que continuamente tienen este temor?



Es bien conocida al anécdota del trapecista ruso que hacía acrobacias impresionantes para el público durante muchos años y que tuvo el un accidente que le costo la vida, precisamente después de haberse imaginado por primera vez que estaba cayendo de las cuerdas. Si el imaginarnos las cosas que deseamos pone en marcha en el cerebro un programa que agiliza su realización, lo mismo acontece con las cosas que no queremos. Nosotros somos campos energéticos y atraemos la energía que vibra con nuestra propia vibración. ST: Estenosis Tricúspide.



Una información que le cierre todas las puertas al paciente, influirá en su imaginario para acelerar el proceso de su propia destrucción. No es al azar que una persona sintiéndose muy bien, después de una diagnostico fatalmente comunicado, inicia una caída en picada que apresura el desenlace o impide lo que en otros, con otra manera de ver la enfermedad, termina en una reversión automática que se hace inexplicable para el pensamiento de una medicina cartesiana.





Es interesante escuchar las palabras del Dr Siegel al respecto:



“Si el poder de la fe ha hecho posible que alguien se beneficie de algo, no seré yo quien me valga de la autoridad de mi profesión para destruir esos beneficios”.





Para el Doctor Claude Sabbah, el 90% de las enfermedades y el 100% de los casos de agravación se deben exclusivamente a los conflictos de diagnostico.



Cuando la persona esta en conflictólisis – resolución del conflicto- el diagnóstico le le produce otro DHS, más fuerte, lo que puede llevar a una enfermedad aun más grave. El terror vivido por el paciente multiplica por miles, el estrés y agrava la enfermedad. Si el paciente esta en proceso de reparación, es decir, está en vagotonía, este nuevo estrés lo pone en simpaticotonía e inicia un nuevo proceso de conflicto. Recordemos que la enfermedad es proporcional al estrés. Por eso hay que romper el conflicto del diagnostico en la primera consulta pues una vez instalado es mas complejo sacarlo. Caso de S.T. (Estenosis tricúspide) Un médico puede decirle a un paciente que tiene tres meses de vida, anulando así cualquier posibilidad de reversión o decirle que el no es un número estadístico y que por lo tanto se puede salir de ese estigma matemático. Una frase puede incluir alguien entre las 90 personas que mueren por esa enfermedad o puede excluirlo de esas 90 e incluirlo en las 10 que tienen la otra posibilidad. No se trata de negar la gravedad sino de poner también atención a las posibilidades.



“Aquí no hay nada que hacer” es una frase que le quita a la persona cualquier proceso que pueda utilizar el cerebro para revertir la situación. Cuantas personas conocemos que a pesar de las dos afirmaciones anteriores tuvieron una total recuperación?. Es probable que no haya nada que hacer en el modelo que siempre hemos utilizado, lo cual no quiere decir que otros modelos no tengan muchas cosas para hacer. El solo hecho de trabajar sobre el simbolismo del trastorno y aprender de él el cambio que necesitábamos para nuestra vida es un suficiente “que hacer”.



Cuando “fosilizamos” al paciente diciéndole: usted ES hipertenso, le estamos negando la posibilidad de cambio, el sólo hecho de decirle usted ESTA hipertenso, es una invitación al hemisferio derecho para buscar alternativas de sanación.



Para Alexis Carrel, premio Nobel de medicina, el mayor milagro que observó en Lourdes, fue ver las personas que regresaban con fe, aun después de no haber sido curadas.





Es muy importante tener la certeza sobre la sanación. No es lo mismo tener esperanza, que tener seguridad. Para sanar se necesitan dos cosas: Solucionar el conflicto que origina la enfermedad y tener la certidumbre de que voy a sanar.





Tu fe te ha salvado, era la frase, la frase que empleaba Jesús.



Comunique el diagnostico al paciente, como se lo comunicaría a un hijo a la madre.







Hugo Ramírez Ospina

gabrielhugo@yahoo.com

Móvil o Celular: 315-5351-499.

Medellín, Colombia.

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